
Como cada pre-verano, en casa de mi abuelita, se limpiaba la piscinita.
Gusarapos, remeros, fruta podrida, juguetes del invierno, esqueletos de avispas, fango y mierda como nunca ha visto el rey de los sedimentos esperaba la llegada del limpiapiscinas.
Luego crecí un poco y el marrón se lo comió mi hermano.
Aquel contacto extremo con el verdín ha inspirado este dibujo.
Jejeje, nosotros también limpiábamos la piscina de mis yayos. ¡Qué recuerdos! Me parece oler el cloro y todo...
ResponderEliminarme encantaria disfrutar de esa piscina tan guapa algun dia de estos que estare por nuestra patria de visita...
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